Es curioso como en medio de una pésima película que vi hace
poco surge una que otra idea brillante, la protagonista pregunta en un momento:
“¿Porque morimos?” y le responden “Para que la vida tenga importancia”
Debo empezar por contar que de unos meses para aca he estado
sumido en un abrumador ámbito laboral por demás desesperante, mis compañeros
son de mentes cuadradas y cerradas, poco compañeristas, para nada solidarios y
sobre todo están convencidos (Y les funciona) que el mejor nivel de desempeño
se consigue brillando las botas del jefe, bien en venganza persona de unos
meses para acá he dado por llamarlos: “La corte de los idiotas”.
Podría enumerar una serie de aspectos que además del ya
mencionado hacen de mi rutina diaria un caos, recibo la menor paga entre las
personas de mi nivel, la oficina en la que estoy esta calurosa, hacinada es
incomoda y mal ubicada, los desplazamientos son largos y el transporte en mi
ciudad es caótico y por esa razón los descansos del fin de semana y las
vacaciones resultan en una bendición del cielo.
Pero acabo de darme cuenta que si mi trabajo fuera un
completo paraíso las jornadas de descanso no serian tan valiosas, la felicidad
que experimento en las horas de salida, los viernes o los días antes de
vacaciones no proporcionarían tanta felicidad.
¿Para que trabajamos?, Para que el descanso tenga
importancia.
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