Franja Rosa en rosa

Este espacio normalmente se ha caracterizado por hablar con algo de humor, algo cliché y algo de sarcasmo sobre la cotidianidad de la vida gay, es en si un espacio reflexivo, lo cual lo caracteriza como blog y con el que muchos lectores han reído casi todas las semanas.

Sin embargo, (el ‘pero’ que nunca falta), de los post publicados con tantos temas, nunca me he sentado a dedicar al menos un par de líneas consecutivas a la persona que amo, a dedicarle algo a través de este medio que ha adquirido algún nivel de popularidad, por eso el día de hoy, Joey (o sea yo) va a hablar del amor desde su perspectiva personal.

Muchos lo han hecho y por eso en medio del mundo blog que conocemos personajes que surgen al margen de los propios bloggers: “Mi bebe”, “El susodicho”, “el señor Valsi”, entre otros tantos aparecen reiterativamente en diferentes post, pues bien a mi compañero actual (Léase novio, pareja, marido, arrejunte o similares) de ahora en adelante lo llamare cariñosamente: Mi monstruito (Cursi todo lo que quieran pero de eso se trata este post) le dedico este trabajo de hoy.

Empezare por decir que tras una desastrosa relación con una loca posesiva (siempre es deliciosos hablar mal de los ex), Mi monstruito llego a mi vida, no como alguien que aparece repentinamente, sino como esa persona que siempre ha estado frente a ti y solo cuando te empiezas a sentir realmente solo es cuando la ves, llego a mi como una persona libre de prejuicios, con plena disposición a compartir conmigo su vida sin pedir nada a cambio.

Yo como el malparidito que aun sigo siendo, le ofrecí sexo sin compromiso, sin relaciones, sin demostraciones públicas y sobre todo con la libertad de poderme echar con cualquier otro que me hiciera risitas en cualquier antro de esta ciudad, el no solo acepto el trato, sino que además ofreció quererme y cuidarme, con la simple sencillez de no esperar nada a cambio, solo por el placer de estar conmigo aunque fuera por un instante fugaz.

Mi monstruito frágil como una rama en el viento soporto tres largos meses de incertidumbre antes de recibir una respuesta definitiva de mi parte para aceptar el compromiso de ser pareja, para decidirme que él era lo mejor para mí, tarde tres meses en decirlo y el treinta segundos en aceptarme.

Aclaro que el compromiso no era estar con él, (eso ya estaba pasando), el compromiso era no estar con los demás (lo cual curiosamente no había pasado) y tras una simple conversación decidimos estar juntos, no con un plazo fijo, no para siempre, simplemente estar juntos sin pensar si esto que comenzaba algún día se debería acabar aunque se podía acabar.

Luego vinieron tiempos buenos y tiempos malos, no llevaba seis meses la relación, cuando tuve que irme a vivir al hotel mama por problemas económicos y salir de nuestro lindo apartamento en chapinero donde casi que vivíamos juntos.

Mi monstruito se gano el cariño de mi mamá y mi familia a partir de ser una persona sincera, sencilla, natural, libre de estereotipos, de que jamás se ha creído ‘la más que más’, mal propio de muchos maricas y causa de la desidia de muchas relaciones, así que embebidos en el deseo de estar juntos cuando estábamos mas separados. llegamos a buscar un apartamento, a juntar trasteos y a vivir juntos, a explorar la dependencia mutua y compartir cada uno de nuestros instantes de nuestra vida, así ha sido hasta ahora y sospecho que será así por mucho tiempo.

Ahora Mi monstruito y yo, somos felices, no totalmente felices, pero juntos caminamos cogidos de la mano en búsqueda de esa felicidad, él esta conmigo días y noches, me apoya en todo lo que hago; y hasta revisa todos los post que escribo (menos este) antes de publicar para garantizar que ustedes queridos lectores no se duerman, aburran o no entiendan lo que he escrito (a veces suelo ser muy confuso), por eso hoy le quise dedicar este post.

Mi monstruito, esto es algo de lo mucho que disfruto de nuestra vida juntos:

• Que tu rostro sea lo primero que veo todas las mañanas al despertarme
• Que podemos coger nuestro espacio y volverlo un lugar mágico, y podríamos colocar los muebles de cabeza si quisiéramos.
• Que siempre, haga lo que haga, siempre, alguien va a estar conmigo defendiéndome y apoyándome.
• Que hace mucho tiempo que con una sola mirada nos decimos más cosas que las que nos diríamos con cien palabras.
• Que siempre estoy pensando en lo que más te gusta a ti y tú siempre estas pensando en lo que más me gusta a mí.
• Que siempre estamos buscando nuevas formas de sorprendernos.
• Que contigo he podido cumplir mi promesa de hacer que todos los días sean diferentes y que nunca caigamos en la rutina.
• Que me has enseñado a bajar la cabeza, bajándola tú primero.
• Que todavia parece que llevaramos nuestro primer día de novios.
• Que contigo puedo ser un niño o un adulto y siempre me querrás.
• Que desde hace dos años y medio jamás me volvió a buscar el fantasma de la soledad.
• Que desde entonces puedo sonreír con el solo recuerdo de tu sonrisa.

“Amor vienes de las casas del sur con hambre, barro y frío, para hacerte la persona que eres, en su cielo de cartón tu madre lavaba ropas, junto con mi madre, por eso te escogí, compañero”.

Ahora viene su turno: Que aman ustedes de sus compañeros, novios, parejas, mozos, arremuescos, concubinos o como lo quieran llamar.

Gracias por leerme, este post intermedio lo realice para compensar la publicación ausente del sábado pasado (el día que estaba de paseo), el próximo sábado nos veremos nuevamente donde estará mi publicación con todas las de la ley (incluyendo los fragmentos que se han convertido en parte presente de cada post).