23 de septiembre de 2006

La delgada línea rosa

Este post se presenta como una seria, aunque de seguro no cumplida intención de publicar cada sábado, así mismo de tener algo que contarles de lo mucho que sucede el ámbito de la vida gay de una persona como yo y seguramente como ustedes, sin tener necesariamente (aunque no excluyentemente) hablar de sexo.

Hoy les contare de la frontera que separa los heterosexuales y de los homosexuales, excluyo las demás variedades de preferencia sexual por que esta es la que posee un imaginario más arquetípico en el colectivo popular, mejor dicho, existen ciertas actitudes de los heterosexuales que son mas maricas que cualquier estereotipo imputado a nosotros los gays.

He dado a llamar a esta frontera: “La delgada línea rosa”, imperceptible quizás por lo delgada que es y por eso uno que otro homo negado o hetero despistado la cruzan sin darse cuenta.

Como siempre presento una lista que ustedes, estimados y anhelados lectores siempre pueden complementar, la de hoy presenta algunos casos, escenarios teatrales en los cuales se cruza ilegalmente la delgada línea rosa. Cosa que no es tan asombrosa pero que se podría analogar con un norteamericano cruzando el río bravo para entrar ilegalmente a México.

La hiper amistad:

Bogotá, medianoche, el lugar: una tienda de mala muerte en un barrio popular de la ciudad, donde se despacha cerveza y aguardiente a diestra y siniestra mientras que en el fondo del establecimiento una video rockola pseudo afónica presenta mujeres en biquini al ritmo de la voz del charrito negro.

Una nube de humo de cigarrillo flota en el ambiente como una neblina tibia y maloliente, sobre las cabezas de machos rancios quienes tras un duro día de trabajo consideran que este es el mejor lugar para dilapidar las ganancias diarias al lado de sus congéneres, lejos obviamente del candor y la belleza que podría proporcionar un bar gay.

Se escucha en el fondo, en una voz aunque fuerte es mas bien quebrada por el exceso de alcohol en la sangre de quien habla:

-“Hermano usted es mi amigo, yo a usted lo quiero mucho, venga le doy un abrazo, es que yo a usted lo amo”.

En mis años de ser loca, de haber visto cosas que muchos no se imaginan, y de haber hecho otras tantas, nunca he escuchado tal desfachatez de forma tan abierta, aunque aquí se le justifica al alcohol.

Cepillado de dientes:

La segunda escena sucede en una oficina como la mía o como las de muchos de ustedes, la hora: 2 de la tarde, el baño de hombres.
Para alivianar la pesadez del almuerzo, antes de volver al trabajo diario y mantenerse higiénicamente aseado (perdón por la redundancia), es obligatoria la visita al baño para bañarse los dientes y quizás las manos.

Como esta idea es exclusiva de todos y cada uno de nosotros, al final resulta que en el baño se presenta una congestión inigualable, y a las 2 de la tarde toca hacer fila para tener acceso a uno de los dos lavamanos disponibles.

El otro lavamanos está ocupado por un individuo (entre otras bien feo) que cruza la delgada línea rosa todos los días bajo el mismo ritual el cual cumple sacramente a la misma hora:
  1. Meterse la corbata entre el segundo y tercer botón de la camisa de arriba abajo
  2. Recogerse las mangas de la camisa por encima de la altura de los codos
  3. Lavarse bien las manos con doble aplicación de jabón
  4. Lavarse los dientes durante 10 o 12 minutos gesticulando exageradamente ante el espejo
  5. Revisarse los dientes ante el espejo en algunos casos usando seda dental
  6. Lavarse la cara con agua y el jabón del dispensador, dos pasadas
  7. Mojarse el cabello y peinarse con una peinilla de carey que regularmente carga en el bolsillo de atrás del pantalón, otros más descarados la llevan en el bolsillo de la camisa.
  8. Secarse manos y cara con las toallas desechables que hay en el baño
  9. Arreglarse y ajustar el nudo de la corbata.
  10. Abrirse el pantalón y cuadrarse la camisa dentro, frente al espejo.
  11. Al cerrarse el pantalón se da cuenta quelacamisa no le quedo bien ajustada y repite el paso anterior
  12. Miccionar (es decir meterse una full miada)
  13. Volverse a lavar las manos
  14. Secarse nuevamente las manos con las toallas desechables
  15. Arreglarse las mangas de la camisa.
  16. Sonarse con un pañuelo de tela que carga junto a la peinilla
  17. Revisar que ni el bigote ni la cara le hayan quedado sucias por el efecto de la sonada.
  18. Peinarse el bigote hacia abajo con la misma peinilla de carey.
  19. Limpiar la zona alrededor del lavamanos puesto que quedo salpicada de agua y retirarse del baño.
  20. Devolverse a limpiar los zapatos usando toallas desechables.
  21. Salir de nuevo del baño

En total este tipo tarda mas en estar listo para reiniciar labores en la tarde, de lo que muchos de nosotros nos demoramos en estar listos en la mañana para irnos a trabajar.

La manicartera:

Este escenario tiene dos matices por lo tanto se presenta en dos casos:

El primer caso es el del tipo que va con la novia (lo cual demuestra o pretende demostrar que es heterosexual), caminando, abrazados estrechamente por la calle, tan estrechamente, que él decide que el bolso de ella no debe interponerse entre los dos y se ofrece gentilmente a cargarlo.

Para evitar estropear los valiosos objetos que la sujeta lleva en su bolso, el individuo decide cargarlo muy delicadamente, colgando de la parte media de su antebrazo libre, el cual debe colocar en posición horizontal para que el bolso no se le deslice hacia ningún lado.

Obviamente al no poder utilizar dicho brazo para equilibrarse al caminar y al tener el otro sujetando a la aquella, debe desplazar las caderas de forma sincrónica de un lado al otro para mantener el equilibrio durante su romántico paseo…

El otro caso (el segundo) es mas patético aún: individuo heterosexual y que se precia de serlo (quien sabe por que), gafas oscuras y sombrero vaquero, bigote mazamorrero, camisa abierta hasta la mitad del pecho y montado en un carro, que por poquito es una camioneta station vagon pero que normalmente corresponde a algún tipo de vehiculo 4x4, y que posee algunos o todos los vidrios polarizados. (Al fondo se escucha el rumor de música norteña revuelta con un olor a Colonia barata).

Nuestro protagonista se baja del vehiculo, luciendo unas hermosas botas texanas, adornadas con piel de vaca sin curtir y con la punta muy pronunciada, mientras en sus manos lleva un articulo de cuero rectangular de color café y del tamaño de un cuaderno, demasiado grande para ser una billetera y demasiado pequeño para ser un carterón…

Y después dicen que el marica es uno.


Bueno mas explicaciones sobran, como decían mis compañeros heterosexuales de la universidad: -“Dejese de maricadas y déme un beso” – es demasiado fácil cruzar la delgada línea rosa, fíjense, fíjense bien en sus amigos y compañeros y verán que muchos la cruzan, algunos varias veces al día.

Habrán notado que me encanta inventarme palabras nuevas, por favor no me culpen por esto me divierte y a ustedes les aclara mucho de lo que quiero decir sin extenderme en una larga retórica.

Y ahora la publicidad: ¿Tienes un blog y lo tienes medio abandonado?, ¿No sabes que publicar?, yo te autorizo a copiar mis contenidos, total o parcialmente, solo te pido dos favores: que menciones la fuente para aquellos y aquellas que quieran profundizar en el tema (si aquí hay algo de profundo que no lo creo) y que me cuentes para ir a visitar tu blog.

Puedes dejar tu mensaje en los comentarios, en el cbox (la cajita de mensajes a la derecha) o enviarlos a franjarosa_editor@hotmail.com

Gracias por los comentarios de todos, los de ahora y los de antes, ahora se que la pedofobia (anterior post) no es tan rara como me imaginaba.

Perdón por extenderme tanto pero si llegaron hasta aquí fue por que les gusto este post. Gracias por seguir leyendome, nos vemos el próximo sábado.

3 comentarios:

JavieRodrigo dijo...

JOEY:

Leerte y comprender que lo que eres capaz de expresar es similar a lo que muchos sentimos sin ser capaces de ponerlo en palabras, es muy reconfortante. Especímenes y situaciones conozco muchas, de quienes cruzan esa delgada línea y que -una vez enterados de la maricada mía- desearon jamás volverse a dejar ver. Je je jé.
Felicidades y, por favor, síguenos refrescando con tan reivindicante blog.

Milo Gasa dijo...

La heterosexualidad tiene formas muy ambiguas de manifestarse, de ahí que uno sienta en ocasiones que no existen hombres imposibles sino maricas incapaces. Gracias por comentar mi último post. Yo siempre estoy pendiente de los tuyos.

Joey dijo...
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