31 de octubre de 2017

Los gais los prefieren gordos

Hace algún tiempo que deje de sufrir por mi apariencia física, el complejo de estar demasiado rellenito que durante mucho tiempo me persiguió como parte de mi trauma por conseguir pareja quedo atrás, he de admitir que, aunque este pecho nunca ha calificado con los requisitos mínimos para pertenecer al selecto grupo de modelos de portada de revista gay, ha tenido durante su vida uno que otro admirador dedicado a mantener en alto su autoestima y su cordura.

Ahora bien, si tenemos unos estándares claros de que es la belleza, la cual copiosamente los medios se han encargado de difundir y en la que los gordos no estamos incluidos, me quedo la pregunta de porque muchos hombres gais prefieren estos preciosos abdominales cubiertos de una solidad capa de grasa para que no se vayan a lastimar.

A ese respecto decidí avanzar y preguntar a mis conocidos porque prefieren alguien más relleno que a un prototipo más atlético y en base a esto encontré algunas razones de preferencia, las cuales listo a continuación para que siempre lean juzguen y opinen.

No están obsesionados con su cuerpo: Salir con un atlético compañero implica que el tiempo con él debe estar condicionado por sus sesiones de gimnasio, de saber que cada vez que se viste debe estar excesivamente acorde con su corte de cabello, el clima y la ocasión, que requerirá mucho tiempo para arreglarse en las mañanas y un largo y triste conjunto de etcéteras.

No representa una competencia: Aunque resulte algo bochornoso admitirlo, andar con alguien muy atractivo implica transitivamente que uno es el moco de la relación, y que cada vez que uno llega a una determinada parte todas las miradas y atenciones son dirigidas a él, mientras uno juega en la posición de estorbo derecho, eso sin contar la serie de buitres que esperan cualquier descuido para caerle a nuestra pareja.

Son más abrazables: Punto sin discusión, todos los hombres, gais o no, aún tenemos vivo ese niño interior que nos conecta con lo más tierno de nuestro ser, tuvimos ese compañero de peluche de niño con el que dormíamos y tener un gordito al lado es aceptar que aún nos gusta abrazar y ser abrazados y sentir su presencia caliente a nuestro lado que nos brinda un 100% de seguridad.

Hay menor riesgo de infidelidad: Vuelvo a un punto clave, para nadie es secreto que una persona de mayor peso es bonachona, debido a que al estar por fuera de muchos estereotipos sociales vive menos estresada, adora a su pareja y lo hace sinceramente, implícitamente teme perderla y por eso no se arriesga tan fácil a engañarla.

Son de un gran temperamento: Volviendo sobre este punto, aunque no tengo un estudio clínico que lo respalde si tengo la claridad que las personas gorditas son siempre más alegres, se divierten más y sobre todo andan mucho menos preocupadas por el que dirán, tener un novio gordito significan mayores ratos divertidos.

Puedes comer de todo: Cuando tienes una pareja del grupo “fit” (Es decir con un cuerpo aceptable) es que te sientes terriblemente culpable al comerte un chocorramo con gaseosa delante de él, eso no pasa con un gordito, es tu cómplice de las empanadas y todos los demás pecados gastronómicos sin hacerte sentir un solo ramo de culpa.

Son menos superficiales: En un sentido estricto de la palabra, muchas de las cosas a las que les prestamos importancia son superfluas y carecen de trasfondo, la rumba, la apariencia, el gimnasio y muchas veces no cultivamos nuestra parte interna, andar con un gordito muchas veces es un reencuentro con alguien que está lejos de esos aspectos y nos da un sentido más claro a nuestra vida, nos hace sentir más plenos y por supuesto amados realmente.


¿Y tú los prefieres gorditos?

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