Siempre me ha llamado la atención la forma en que la mayoría de los
hombres homosexuales (Y me refiero exclusivamente a los hombres homosexuales ya
que para ellos es que existe este servicio especializado) juran y perjuran que
en su vida pondrán un solo pie en lo que ellos denominan: “Esos antros de
dudosa reputación donde la carne es ofrecida sin el mínimo pudor”, que al final
y bajo la denominación de SPA resultan ser el escenario perfecto para la
homosocialización con fines netamente carnales.
Para los menos versados en la capacidad de mis letras me refiero a lo
que maricas con alguna experiencia conocemos como “El sauna”, una casa
especialmente adaptada con al menos un vestier, un cuarto de vapor, un cuarto
sauna, un jacuzzi y algunos pequeños recintos destinados a encuentros sexuales furtivos
donde sus asistentes deambulan sin rumbo fijo con el mínimo de prendas de ropa
posible.
Es allí donde las libertades sexuales salen a flote y los encuentros
casuales son muy frecuentes, razón por la cual más de un miembro de la maricona
sociedad capitalina se persigna con rosario en mano, asegurando por la memoria
de Judy Garland (A veces sin saber quién es Judy Garland) que jamás en la vida
cruzara la puerta de sitio semejante donde el demonio deja la tentación a la
mano, misma loca que quienes carecemos de una moral tan estricta, hemos visto
saliendo de más de un cuarto oscuro con cara de puta satisfecha.
Para no juzgar a muchos de mis queridos amigos y otros tantos de mis
estimados enemigos el post de hoy solo realiza un breve listado de la
variopinta diversidad de individuos que podemos encontrar allí, para que
ustedes como siempre juzguen, lean y opinen:
El primíparo: Un papel que todos los que hemos asistido hemos ejecutado,
por supuesto menos mis amigos más sanos (Si como no), al principio pone cara de
susto por temor a ser violado por cualquiera de los presentes, pero luego de un
rato sufre una profunda decepción al notar que nadie lo mira.
El viejito verde: Hombre evidentemente entrado y avanzado en años que perdida
toda la vergüenza de exhibir sus carnes se dedica a acosar a cuanto individuo
se acerca en su camino considerando que es deber de sus interlocutores dejarse
manosear y besar de una forma poco agraciada por el susodicho.
El niño divino: "Hombre" que evidentemente no supera los 20 años de edad
y a quien antes de ingresar le pidieron mostrar su cedula de ciudadanía para
estar seguros de que más tarde no tendrán un problema con la policía, muchas
veces muy afeminado y cuya intención en el sauna es pasearse de un lado para
otro no solamente desprovisto de ropas sino también del suficiente sentido común
para estar convencido que es intocable y que todo el mundo lo está admirando.
El descomplicado: Individuo libre de prejuicios a quien su desnudez,
total o parcial no le preocupa, quien no tiene reparo en tener sexo con
cualquiera que se lo proponga y si nadie le propone igual tampoco le importa
demasiado, poseedor de una confianza en si mismo que resulta atractiva para los
demás.
El acosador: Este es el prototipo de cliente de estos lugares que
definitivamente y con la única finalidad de conseguir sexo, oral, escrito, en
vivo y en directo o en diferido, pero sexo, al fin y al cabo, cuando fija el
ojo en su presa la persigue por todo el lugar sin dejarla en paz hasta
conseguir su objetivo, cosa que pocas veces pasa, más bien aburre a su
contraparte hasta hacerla retirar del lugar, se han documentado casos en los
que la persecución continua.
La pareja: Novios o amantes recién conocidos, permanecen juntos todo el
tiempo y no van a ningún lugar el uno sin el otro demostrando a toda la
concurrencia cuan enamorados están el uno del otro, nótese sin embargo que en medio
de las muestras de afecto se pueden apreciar algunas miradas de deseo y
libidinoso placer fuera del ámbito de la pareja.
El exhibicionista: Individuo cuyos atributos físicos rayan en la
normalidad extrema sin algún rasgo destacable, quien prefiere andar desnudo a
sus anchas demostrando que lo que dios crea no puede ser pecado ante los ojos
de los hombres, aun así, nadie logra descifrar totalmente cuál es su intención con
tal exhibición salvo el ventilar un poco sus partes nobles y sus ya muy
desgastados esfuerzos neo liberalistas
El musculoso: Evidentemente, alguien que rinde el culto a su cuerpo dedicándole
incontables horas de gimnasio denotando una ausencia casi absoluta de otra ocupación,
entre ellas la posesión de un trabajo estable, quien al igual que el
exhibicionista desea ser admirado y deseado asumiendo una actitud de inalcanzabilidad
en algún momento molesta por lo engreído que puede resultar
Las amigas: Se refiere a dos o más individuos que en plan de
solidaridad, algo de morbo y mucho de curiosidad deciden ir en grupo al lugar descubriendo
que basados en la confianza colectiva pueden acudir al folclor de sus regiones
de origen e imponerlo en tan lujurioso recinto, asumiendo comportamientos
impropios como hablar a todo grito, correr de prisa y arrojarse cosas, como si
ir a un sauna a tirar fuera lo más parecido a un casi olvidado paseo de olla.
El convencido: Dícese del tipo carente de atributos físicos apreciables
y además no cuenta con la personalidad más magnética de todo el mundo, en contraste
está absolutamente seguro que su perfil físico es el de un super modelo y que
posee una insuperable personalidad, razón por la cual mira a los demás con
desprecio, les habla porque cree que les está haciendo un favor y supone ante
todo que es el alma de la fiesta.
Bueno esta lista aquí concluye más por falta de espacio que de inspiración
por rajar de la forma mas vulgar y descarada de esta comunidad en la que todos
hacemos parte, sin antes preguntarme, ¿Qué otras especies han encontrado u oído
hablar ustedes en un sauna?
2 comentarios:
El vouyerista, no es necesario describirlo ya que por su nombre lo dice muy claramente.
El masajista, es uno de los misterios más grandes que puedo imaginar sí en realidad hacen masajes?
Jejeje Olvide al Voyeurista, ¿Será porqué soy yo?
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