Los casos perdidos

“Busco pareja estable” – Este mensaje lo he leído en páginas de contactos, chats, Lo he escuchado desde bares de alta alcurnia hasta en antros de mala muerte y siempre me pregunto porque casi todas las personas gay que conozco andan en esa búsqueda casi obsesiva de marido permanente.


Han llegado a extremos e incluso compadecerse de quienes andan solteros en la vida (ya que solteros lo consideran sinónimo de solitos y abandonados) como si la ausencia de “pareja estable” lo pusiera en un escalón por debajo de los seres humanos que consideran que su vida se ha realizado por el simple hecho de tener alguien al lado.

En medio de ese mundo de gente que busca pareja estable no faltan aquellos ingenuos que se han dado un fuerte estrellón contra el mundo al considerar cierto candidato como elegible y considerablemente aceptable para arremuesco, cocheche, marido o como lo quieran llamar, teniendo que darse cuenta que todos sus intentos para echarle las garras encima al susodicho son inútiles, ya que el candidato ganador resulta más difícil de agarrar que enhebrar una aguja con guantes de boxeo puestos.

Yo los llamo: "Los casos perdidos" y tratar de tipificarlos puede ser una labor harto compleja, sin embargo hoy traigo a colación los más representativos ejemplares de este exótico género, aquellos individuos que nunca nunca serán para uno, por más que se les rodee, se les acorrale o se les obligue, y donde todo intento de hacer de ellos una pareja estable será un caso perdido.

Así que los invito a que lean, juzguen y opinen:

Los casados

Fijarse en un hombre casado no atenta literalmente contra el noveno mandamiento (No desearas a la mujer del otro, ni al otro jejeje), pero se debe admitir que algunos hombres cuentan con parejas que son la envidia de todas las locas de la región, hasta llega uno a preguntarse: ¿Que hace ese man tan lindo con un tipo tan horrible?.

Bueno los casados no todas las veces resultan indiferentes a los encantos que cada uno de nosotros tenga bien a ofrecer como poderosas armas de seducción, y pecaría de mojigato si llegase a negar que no he intimado con un tipo casado, he de aquí al que diga que esta libre de pecado para que arroje el primer labial.

Ya de por si meterse con un casado atenta contra la desgastada ética de gay de la fidelidad en pareja, pero el segundo error gravísimo que uno puede cometer es suponer que el individuo en cuestión dejara a su marido estable y con el cual lo conocen los que lo conocen, para salir detrás del primero que le abrió las piernas.

Aclaro de una vez que no juzgo el tema de la fidelidad, pero si me atrevo a aconsejar a todos quienes me lean que no sean tan ilusos para creer que un casado algún día será su pareja estable, el incriminado podrá ser muy bonito, muy amable y hasta buen polvo, pero jamás tendrán algo con él, y recuerden si le fue infiel a su pareja en este momento, también podrá serle infiel a ustedes mismos.

Los de fin de semana

Estos individuos son encantadores, viven su vida a plenitud, y hacen uso del libre derecho de ejercer plenamente su sexualidad, son atentos, complacientes y aunque no todos son ejemplares dignos de colocar en playgirl, si se puede decir que son poseedores de esa magia para hacer que uno se sienta maravillosamente cómodo a su lado.

Y entonces cuando es que tan bello príncipe azul se convierte en un verde y verrugoso sapo verde, en el mismo momento en que uno tiende la red para quererlo para uno solo y de nadie más, o que uno pretende que la cosa trascienda de una visita más allá del sábado o el domingo, e incluso de una quedada de viernes.

Son personas generalmente ocupadas, con cierta estabilidad laboral o académica y que a pesar de que siempre nos reciben con un trato amable, cariñoso y sincero, jamás lo antepondrán a uno sobre sus obligaciones cotidianas, de esta manera sirven para compartir una excelente cena, una rumba, un café, una película y ni que decir en la cama, pero en su convulsionada vida uno jamás será el protagonista, solo un extra.

Enamorarse de ellos es un error común, sin embargo su claridad sobre la forma de vivir su vida gay contrasta enormemente con nuestra confusa forma de vivir nuestra vida gay, y ese choque de percepciones hace que ese amor se transforme en un odio incivilizado diciendo que es lo peor que nos pudo pasar en la vida.

El consejo es disfrutarlos sin ambiciones y con la seguridad de que son como el pastel de chocolate, deliciosos pero se acaban demasiado rápido ya que la mejor manera de evitar sufrir una desilusión es esperar de ellos más de lo que realmente nos están ofreciendo.

Los irremediablemente machos

Estos individuos en especial son aquellos de quienes denigro, y aunque me jacto de comer casi de todo, les tengo cierta prevención dado su aberrante comportamiento hacia la realidad gay, tienen por costumbre confundir la orientación sexual (Que es decir que a uno le gustan los manes); con el rol de género (Que tiene que ver con asumir el rol masculino o femenino), mejor dicho piensan que por que uno bebe agua de este lado del rio definitivamente es toda una mujer.

El irremediablemente macho detesta a los homosexuales y en cierta medida se detesta a sí mismo, su principal temor se basa en ser descubierto y por eso trata de asumir actitudes típicamente masculinas, es fanático del futbol no importa el equipo pero no se pierde partido, jamás en la vida ve un reinado o una película en que el protagonista no dispare como loco, y si tiene Facebook, la mayoría de sus fotos aparece abrazado de una mujer para que digan que le gustan las viejas.

Las citas con él son a escondidas y la sola idea de pensar en algo estable con alguien del mismo sexo que dios le dio es casi que una blasfemia a tan sagrado regalo de la vida, y cuando conoce a alguien gay su conversación se centra en el profundo miedo a ser descubierto, ya que jamás en la vida ha ido a un bar, video sauna o similares y supone que el trato hacia sus semejantes corresponde al ámbito machista en el que se desenvuelve.

El irremediablemente macho sumido en su temor pocas veces se acepta a sí mismo, aun para cuando todos los demás la realidad es evidente el sigue portando su máscara de heterosexualidad, es un error enamorarse de su hombría, porque como saco afuera a todo el hombre que tenia, adentro dejo solo a la mujer.

***
Bueno y ya con la autoestima en alto por haber instruido a mis lectores en este no tan inusual grupo de individuos, solo me queda recomendarles amar con el corazón y comprometerse con el cerebro a fin de no darse contra el mundo que veces resulta muy duro.

Fragmentos

Es emocionante ver como algo crece, mi amada Franja Rosa se acerca vertiginosamente a la cuenta de 50.000 visitas, para ello les estoy preparando una pequeña sorpresa, este pequeño rincón del mundo poco a poco se ha ido consolidando gracias a que todos ustedes se acercan a leerlo y compartir una de sus sonrisas.

Aún más allá, los fans de Facebook también están en aumento; mi meta: llegar a 500 antes que llegue el 2011, por lo tanto agradezco a todos los que no se hayan hecho fans que se agreguen en el panel de la derecha, e inviten a todos aquellos que crean pueda interesarles.

Antes de cerrarles les recuerdo que el próximo 1 de diciembre es el día mundial de la lucha contra el SIDA, hacerse la prueba, usar siempre preservativo, respetar la pareja son los mecanismos más eficaces para acabar con la cadena de trasmisión de esta pandemia, es por tu vida y por la vida de quienes más amas.

A los comentarios del post anterior

Memo: La profesora en cuestión aun se ajustaba ciertos estereotipos, espero haber dado un granito de arena en disminuir la discriminación.

Sandum: Lo que pasa es que en nuestro tercer mundo aún los docentes no aprenden algo de tolerancia y traen parte de sus prejuicios al aula.

Vetado: El ejercicio de redacción no requirió tanta paciencia porque fue muy divertido escribirlo, cuando vuelva por el valle de aburra te lo hare saber.

Stanley: Jajaja, ella no debe saber que yo existo, pero al menos canto para mí y para muchos de sus lectores.

Monchis: Gracias por las flores, sobretodo proviniendo de un avezado escritor como tú.