Un maletin muy gay

Una cosa tengo en claro, Franja Rosa se basa en criticar y analizar estereotipos, sin embargo soy plenamente consciente que no existe un gay típico, hay unos muy machos y unos muy locas, unos muy altos y unos muy bajos, hay unos muy feos y hay unos divinos… en fin, a pesar de no estar de acuerdo con los estereotipos siempre trato de encontrar ciertos comportamientos comunes.

He notado que mi maletín de venir a trabajar posee proporciones descomunales comparado con el de mis compañeros, así que sin una representatividad estadística significativa concluí que a muchos de nosotros nos complace llenar nuestra maleta de maricaditas que no siempre necesitamos pero que preferimos estar preparados ante cualquier eventualidad..

De esta manera me puse a revisar mi maleta para verificar que cosas contenía y al parecer la conclusión es aplicable en mí mismo, esto fue lo que encontré:

• Un terrible de enredo de cables de mi teléfono celular, está el accesorio de manos libres, el cargador, el cable de datos y el conector para el televisor, a veces uso el manos libres pero me da pereza sacarlo porque me toca ponerme a desenredar.


• Varios Cd´s de música, hay al menos uno original, uno que es copia casera de un original y uno que es pirata, de los Cd´s que cargo hay al menos uno que jamás he escuchado, sin embargo siempre se me olvida sacarlos de la maleta.


• Mi agenda de trabajo diario, y una libreta de apuntes en la que he rayado solamente dos hojas, y una de ellas tiene un número de celular sin nombre. En la agenda hay un montón de papelitos con recados, apuntes sueltos y uno que otro número de teléfono.


• Al menos cuatro condones que me han entregado por la calle en las campañas de prevención de enfermedades de transmisión sexual y que nunca he utilizado. (Obviamente no cargaría condones usados en la maleta jejej).


• Por lo menos dos manuales de uso y referencia, uno de mi celular y otro de mi reloj, pero de tanto colocarles cosas encima, al primero se le han caído varias páginas y el segundo esta todo arrugado.


• Dos memorias USB, una es muy bonita pero casi no tiene capacidad así que ya casi no la uso, se supone que tiene algún dato importante que me impide guardarla en casa con el resto de chucherías tecnológicas que adquieren obsolescencia en meses, la otra es mi memoria USB nueva solo que esta tan llena de archivos que ya casi no la puedo usar.


• Un llavero viejo, que seguramente alguien me regalo porque siento mucho pesar de deshacerme de él siempre está al fondo de la maleta y se enreda con cualquier prenda que guardo ocasionalmente.


• Bastantes bolsas plásticas que seguramente quedan de cosas que haya cargado con anterioridad y que podrían resultar útiles en algún momento, de hecho lo han resultado útiles para mareos de niños en buses urbanos, robos de frutas en antejardines de casas vecinas y captura de insectos de colores y formas asombrosas.


• Unos audífonos convencionales para conectarle a mi PC cuando en mi oficina hay demasiado ruido, de esa manera puedo concentrarme de vez en cuando, también sirve como herramienta para mostrarle a mis compañeros de trabajo que no me importa que ellos existan.


• Vaselina especial para los labios, con esencia de aromas frutales para cuando se me parten los labios por el frio o por el sol, eso si no soy vanidoso, pero cubrirme los labios con algún tipo de esencia que los proteja no atenta para nada mi masculinidad (al menos eso creemos todos los hombres que usamos vaselina, chapstick o brillo labial).


• En las campañas realizadas para prevención de la Gripa AH1N1 termine con una botellita de de alcohol glicerinado, útil para lavarse las manos sin enjuague, casi nunca lo uso pero he descubierto sus beneficios como lubricante…. jejejeje


• Una botella de agua, que debería andar entre las bolsitas plásticas pero que resulta siendo una bendición cuando después de largas jornadas bajo el sol llega uno a la oficina y se le ha olvidado comprar algo de tomar, también es útil para lograr un peinado chic de corta duración o limpiar manchas en el vestido o la corbata.


• Un cepillo de dientes en un estuche de plástico duro que por alguna razón me recuerda a un Dildo, es de las pocas cosas que uso con frecuencia, pero siempre termino guardándolo en cualquier bolsillo así que casi debo desocupar la maleta cada vez que me lavo los dientes


• Un pequeñito frasco de colonia de muestra que me regalo una amiga que trabaja en ventas por catalogo, y que conservo para estar listo en esas deliciosas ocasiones en las que la primera impresión es la que cuenta. Está sin destapar, ya en otra ocasión me había regalado una muestra parecida, se rompió en la maleta y esta quedó oliendo a colonia durante semanas.


• Mi hermosa cartuchera de cuero con una mola Tayrona hecha a mano, dentro, tres bolígrafos, uno muy fino que regalaron una navidad pero que no he vuelto a usar porque se le acabo la tinta y se me olvida comprar un repuesto, el otro, un portaminas metálico que uso de vez en cuando, y un esfero ordinario que me dieron en la oficina, con el cabezal mordido (No fui yo sino alguien a quien se lo preste) pero es el único que sirve.


• Monedas, de diferentes denominaciones, aparecen por los rincones o entre papeles, todo el dinero juntado no alcanza para pagar un pasaje de bus urbano.


• Manillas, hay una arcoíris que uso de vez en cuando, una de fibra de marihuana que se rompió y toca mandarla a arreglar y una que me encanta pero no la uso siempre porque no quiero parecer exagerado.


• Un papel muy doblado que sirve de backup a la agenda del celular, aunque los primeros teléfonos están ordenados, los últimos están escritos en muchas caligrafías y con muchas tintas de diferentes colores.


• Un pequeño tarro de crema para protección solar que uso con frecuencia, para evitar quemarme la cara en días soleados cuando estoy en la calle, en el fondo de ese bolsillo hay una mancha de las veces que se ha quedado el frasco a medio cerrar y se ha vaciado su contenido.


• Unas gafas oscuras, que no solo son útiles en los días luminosos, sino también para ocultar ojos cansados, mirar de reojo tipos buenos en la calle y a veces dármelas de ejecutivo importante.


• Pañuelos desechables para la congestión nasal, corregir accidentes ocasionados con comida, solventar una que otra urgencia y limpiar los zapatos tras cruzar una calle embarrada.


• Una Guía gay de la ciudad, que seguramente fue a parar a mis bolsillos y de ahí a mi maleta, en más de una ocasión la han visto mis compañeros de trabajo al buscar algo en la maleta. Nunca preguntan al respecto pero estoy seguro que comentan a mis espaldas, eso me encanta.


• Una cajetilla de cigarrillos con dos cigarrillos sueltos adentro y un encendedor, fruto de alguna rumba que quedaron por ahí rezagados y que ya están amargos y partidos por no usarlos. Cabe decir que antes de que algún lector se asombre, solo soy fumador social cuando estoy de rumba, sin embargo compro paquetes de cigarrillos cuando alguien fuma conmigo.


• Un par de marcadores de tablero que con seguridad termine guardándome en alguna presentación que realice, ahora cada que los veo me siento culpable pero los sigo usando.


• Un libro de diseño de sistemas de información que se me de memoria pero que utilizo de referencia, cuando alguien no cree en mi capacidad profesional.


• Tarjetas de clientes y proveedores de la empresa regadas por todas partes, hay una tarjeta de un lugar llamado “La mansión de la barbie”, estoy seguro que no tiene nada que ver con mi entorno laboral y menos con una juguetería.


• Un par de mentas de restaurante y un palito de colombina sin colombina, importante no arrojar basura al suelo. Una envoltura de chocolatina que me regalo mi bebe cuando apenas nos estábamos conociendo.


• Un llavero con las llaves de mi casa, de mi oficina, una llave que no sé de donde es y una simcard dañada.


• Un porta escarapelas que con seguridad me entregaron con el carnet de la oficina y que jamás uso para tal fin.


• Y muchas, muchas fotocopias con este listado para cuando alguien me pregunte: ¿Y qué tanto carga en esa maleta?

Consideran el hecho de cargar demasiadas cosas, ¿Como un aspecto típico en los gays?

Fragmentos

Que tal, mi maleta parece la bolsa del gato Félix o la barriga del gato cósmico mejor conocido como Doraemon, pero bueno forma parte de mi identidad, y prefiero tener siempre a mano las cosas que necesito a pedirlas prestadas, pese a las críticas de los que nunca están preparados para nada.

Ya supere los 170 fans en Facebook y progresando, ahora espero estar en Twitter también y que cuando publique aquí, inmediatamente se replique en estas páginas, para quienes tienen cuenta en Twitter y deseen seguirme, allá aparezco como ‘Joeycinho’.

Sigo publicando en Conxión magazine, la encuentran en los principales bares de la ciudad, en el mes de octubre hable sobre personajes gays en los videojuegos y la forma de seleccionar el condón adecuado. Franja rosa va con toda.

Un saludo a mi bebe, no sabe cuánto me alegra que seas tan especial conmigo.

A los comentarios del post anterior

A los seguidores que retornan: bienvenidos, este nunca dejara de ser un espacio que da la bienvenida a la participación, aunque me conformo con poder robarles de vez en cuando una sonrisa.

Ángel de ojos claros: jejej, por lo que puedo apreciar tu estas del lado de la luz, pero hay muchos que conocemos y valoramos el brillo porque hemos estado en la oscuridad, yo prefiero ser seductoramente oscuro, pero entre gustos no hay disgustos.

Joker: Yo adoro las nuevas experiencias. No niego que a veces me atrae la idea de restringir un sentido y potenciar los otros la vista nos vuelve dependientes. Pero por ejemplo ¿Concibes sexo sin tacto? Podría ser fascinante.

Milo: Me recuerdas una frase que decía un amigo en otra época: “Borracho que no la caga pierde su plata”, gracias por la explicación no comprendí el significado del comentario en la primera lectura.

Potter: Me gusta que hayas logrado ver la belleza oculta de un post que solo uso un marco para hablar la soledad, de paso para desnudar nuestras conciencias ante una realidad que no podemos negar.

Pridamo: Bueno como experiencia, excelente espacio para desfogar pasiones estamos de acuerdo, pero una cosa es concluyente, en un cuarto oscuro no solo convergen cuerpos, también llegan pensamientos y prejuicios, es increíble y deslumbrante la recursividad humana. Nuca deja

Stanley: Bienvenido de regreso, jejeje, la promiscuidad está mal vista desde la escala de valores de cada ser, yo no la juzgo, al contrario la he vivido cuando se debe vivir, pero creo que el hecho de opinar a este post es no mirar los toros de la barrera, gracias por tu aporte.