Hace unos cuatro meses tuve la oportunidad de ver una serie
web gay friendly llamada “Con pelos en la lengua” la cual en un inmejorable
esquema narrativo presentaba la historia de tres individuos: un hombre heterosexual, una mujer heterosexual
y un hombre homosexual sobre los triunfos y fracasos del amor.
Entre otras de las cosas que me llamaron la atención de
dicha serie fue los comentarios que los gays tenían acerca de su primera
experiencia heterosexual, pero no crean que voy a volver este blog en un
conjunto de relatos eróticos sobre los detalles de la genitalidad desigual del
hombre y la mujer, prefiero centrarme en las características sociales que los protagonistas
de cada una de mis historias los llevaron a tener su primera experiencia
hetero.
Por esta razón hoy comparto tres historias que colaboradores
anónimos han vivido, sobre lo que llamaron su “Primera experiencia heterosexual”,
entonces queridos lectores y amigos míos les dejo este manojo de flores para
que como siempre las disfruten y opinen.
Aquella amiga
Agradezco a Joey que me haya permitido compartir esta
historia en su espacio, es algo que curiosamente nunca me habría atrevido a
contar en persona, empiezo por decirles que mi primera experiencia hetero me sucedió cuando
tenía 16 años, esas eran otras épocas, en las que no se podía ser tan
abiertamente gay como ahora.
Vivía yo con la presión de mi familia que me preguntaban
frecuentemente porque no tenía novia, en ese entonces estaba yo en el colegio y
no faltaba esa amiguita calenturienta cuyas hormonas empezaban a despertar, por
alguna razón inexplicable era esta amiga la que compartía conmigo todo mi
tiempo, hasta que llegue a creer que estaba enamorada de mi.
La confianza entre los dos era mucha y en algún momento
termine por confesarle mi homosexualidad, ante lo cual ella reacciono con
demasiada agresividad, perdonándome más adelante diciéndome que la noticia le había
impactado profundamente, a partir de ese momento las cosas entre nosotros cambiaron y ella concentro
todos sus esfuerzos en ‘curarme’ la homosexualidad y así empezó la carrera
armamentista femenina para luchar contra lo que era yo.
En medio de mi confusión, yo accedía a sus permanentes acosos
con tal de darle a mi familia la idea que había una mujer locamente enamorada
de mí, mientras ella insinuaba permanentemente que si hacíamos el amor yo sacaría
el macho que llevaba adentro y que no había podido despertar aun.
Ella planeo todo minuciosamente, el tiempo que no dedicaba a
preparar ese ‘magico’ momento se ocupaba en alejar de mí cuanto hombre me quisiera
hablar con planes de amistad, trabajo o cualquier otra intención, incluso
mis compañeros del equipo de futbol no se me podían acercar sin que ella interrumpiera.
Y así llegó el gran día, un fin de semana sus padres salían
todo el día a una reunión familiar y ella con la excusa que estaba enferma
tendría la casa para ella sola, me invitó a eso de las 12 del día y me esperaba
en una pijama demasiado infantil para lo que planeábamos hacer, empezó a besarme en
el cuello de una forma torpe y exagerada que más parecía me quería chupar la
sangre como un vampiro al mismo tiempo que trataba de quitarme o arrancarme la camisa, estando en ese momento que no se sabe si nos estamos amando o peleando su papa
regreso preocupado por la salud de su hija y alli la descubrió en tan bochornosa
posición.
El señor vocifero y grito a su hija que subiera al cuarto en
tanto que yo asustado, con la camisa abierta y el pecho descubierto trataba de dar miles de explicaciones sin sentido sobre lo que
estaba pasando, claro termine por decir
accidentalmente que no me gustaban las mujeres y en ese preciso momento el señor dejo
de gritar.
Me miro de una forma larga y pausada, dijo a su hija que se
quedara encerrada en la habitación y que me iba a llevar a mi casa, tomo mi mano y
me subió a su carro, estando ahi me miro lascivamente mientras me tocaba el pecho y se mordía el
labio inferior, luego arranco con rumbo a uno de los moteles de chapinero…
Una noche de copas,
una noche loca
Mi primera experiencia hetero sucedió una noche en una reunión
con unos amigos, bebíamos y conversábamos animosamente sobre nada que fuera realmente
trascendental, entre ellos estaba una mujer amiga de alguien que nunca había visto
con anterioridad, quien conversaba alegremente y al calor de las copas pronto nos
dimos cuenta que teníamos mucho en común.
La verdad bebi bastante y recuerdo pocas cosas de cómo llegamos a una habitación del apartamento
donde estábamos, afuera sonaba estruendosamente la música de la reunión,
ella me besaba apasionadamente mientras me desvestía, yo por mi parte intentaba
hacer lo mismo con ella pero torpemente a causa de los tragos y el absoluto
desconocimiento de la forma en que se debe desabrochar la extensa y complicada
indumentaria femenina.
Finalmente mi rostro quedo frente a una maraña de pelos
encrespados en el medio de los cuales parecía haber una especie de boca
monstruosa dispuesta a devorarme y de donde brotaba una baba espesa con olor a
mariscos en descomposición, mis ojos se irritaron ante el olor que penetraba
fuertemente en mi nariz, esto revuelto con el alcohol que rondaba en mi cabeza
incito al vomito, el cual salió generosamente sobre aquel monstruo de carne.
Un grito de espanto salió de la boca de mi compañera y todos
mis amigos entraron en la habitación donde me observaron desnudo devolviendo
las atenciones al mundo sobre el cuerpo de aquella agradable mujer, que en ese
momento ya no me lo parecía tanto.
Durante meses dicha situación fue el objeto de bromas de mis
amigos, de la mujer aquella nunca volví a saber nada, y mi amigo el del
apartamento nunca más me volvió a invitar.
El partido de futbol
Muchas gracias Joey por la invitación a escribir, cuando me contaste de que se iba a
tratar tu ultimo post recordé algo que llaman “Estrellita dorada”, así se le
dice a los gay que jamás han intimado con una mujer, ni conocen presencialmente
esa parte de la anatomía femenina, bueno yo soy una de esas “Estrellitas
doradas” que en la vida el contacto más
cercano que tuve con una mujer fue cuando recibí la lactancia.
Por lo tanto debo decir que mi primera experiencia heterosexual
ocurrió hace un par de años cuando unos compañeros de trabajo me invitaron a tomar cerveza y ver un partido de Rugby en un
bar en el norte de Bogotá, debo admitir que me gusto y lo disfrute plenamente.
En especial porque el partido de rugby se transmitía en una
pantalla de 60 pulgadas y… pues se podía ver a todos esos hombres con cuerpos increíbles
revolcándose unos a otros en medio del pasto y el lodo, mis compañeros de
trabajo aun no comprenden como yo siendo gay soy ahora un fanático acérrimo del
rugby.
Fragmentos
Bueno amigos y amigas (Porque no decirlo) así finaliza este
relato de hoy, espero se hallan divertido leyéndolo tanto como fue divertida su
elaboración respecto a las entradas del amor en los tiempos del facebook debido
a que no son una secuencia pronto continuare con las otras partes de la misma.
Agradezco a todos mis antiguos amigos la bienvenida que me
dan a este espacio que siempre ha sido de todos, estos terribles momentos
personales que afectan mi vida se ven reflejados en mis letras, pero ya ven,
siempre vuelvo aquí, también agradezco a las caras nuevas que vienen a oxigenar
este espacio.
A todos mil y mil gracias porque son mis manos
las que le dan cuerpo a este espacio pero son los lectores los que le dan un
alma a ese cuerpo.
5 comentarios:
Hola Joey,
Muy divertidas historias... en todas se mezcla un toque de humor negro, ironía y la torpeza propia de los años mozos.
Sin embargo en algunas situaciones de la vida, sin importar cuantas veces hayas pasado por la misma, siempre se siente la torpeza y la inseguridad de la primera vez.
Saludos,
muy interesante entrada. en mi epoca me preocupaba mucho "curarme" de mi orientacion sexual, asi que me consegui una novia. una vez que fui a visitarla, su hermano me dijo que no estaba en casa, decidi esperarla un rato. El hermano empezó a coquetear conmigo, una cosa llevo a la otra, y sin que nos dieramos cuenta, ella llegó y nos encontró en una situación comprometida (yo se la estaba chupando). Ella decidió irse al extranjero a continuar sus estudios, pero lo que no supe en ese momento es que estaba embarazada, y nunca tuve oportunidad de conocer a mi hijo ni de hacer parte de su vida.
Monchis es verdad que hay cosas que no importa cuantas veces pasen siempre se sienten como la primera vez, tu sabes que el humor negro y els arcasmos es la sangre que corre por las venas de este blog.
Blackmount, wao tu historia en si es mas fascinante que el post que escribi, definitivamente son esos casos en los que la realidad supera la ficcion
A veces en la vida hay cosas que no se pueden evitar; las presiones sobre cada gay son distintas y los fuerzan a hacer cosas diferentes, sobre todo en esos años de transición...Lo dice una "estrellita dorada".
Publicar un comentario