21 de marzo de 2009

El amor ¿Existe?

Hoy debo empezar este post agradeciendo las respuestas al anterior, veo que aun en los corazones de muchos queda una pequeña franja rosa viva y que este pequeño espacio no perdió totalmente todo su brillo, gracias por ese apoyo que alguna vez colocó a Franja Rosa en el lugar que obtuvo y que aspira recuperar, a tantos nuevos amigos bloggers y nuevos lectores muchas gracias por encontrarme en el ciberespacio y leerme.

Entrando en materia, esta semana conocí un muchacho cuyo objetivo en este controvertido y contradictorio mundo gay, se centra en encontrar la pareja de su vida para darle todo su amor, casarse, ser felices y comer perdices.

Debo admitir muy francamente que al escucharlo hablar de sus planes de vida en pareja y de cómo el amor todo lo puede, pensé haber vivido un deja vú, pensé que simplemente estaba repitiendo un discurso sobre el amor y la vida en pareja que desde pequeños nos han introducido los patrones sociales, los cuentos de hadas y las novelas mexicanas.

Todos soñamos con que esa persona ideal, ‘el príncipe azul’ (o rosa para estar acorde con el mundo gay), llegará tarde temprano a nuestras vidas, sino en corcel blanco al menos en mercedes blanco, nos sacara de nuestra monótona y absurda anterior vida, y nos proporcionara una nueva, llena de felicidad, abundancia y prosperidad.

¡¡MENTIRA!!

Revisando a detalle los orígenes de la monogamia esta carece de razones genéticas, los grupos de primates, la especie más cercana a nosotros genéticamente hablando, se desarrolla tanto en sociedades poligámicas como monogámicas, y la primera referencia que se tiene de que los seres humanos debemos convivir con una única pareja surge de un tal Moisés que se subió a una montaña, vio un árbol encendido en fuego y bajo con 2 tablas, perdidas ya en la historia, en las cuales reposaban 10 mandamientos que en la época actual han empezado a adquirir cierto matiz de obsolescencia.

Y es que no hay reglas para la vida en pareja gay, todo lo que tenemos nosotros es una copia del modelo heterosexual, un verdadero pánico a envejecer en soledad y una normatividad que gira alrededor del principio de la ‘familia como base de la sociedad’, por lo tanto lo mejor es salir como diablo que lleva el alma y apoderarse del primer machito medio desprevenido que tenga planes de vida a largo plazo y al menos cumpla con las mínimas características de un príncipe azul (o rosa).

¿Y el amor? Donde quedo el amor en todo este discurso, en que parte de la historia de las relaciones de pareja se habla del amor, el amor surge mas bien como el aderezo que le da validez a la relación de pareja, es la clave que le resta pragmatismo al hecho de tener un marido únicamente por envejecer en compañía y no realizarse solo como persona.

En lo personal creo que el amor no existe, creo que mas bien las relaciones sentimentales se basan en la capacidad que tienen dos personas de impresionarse y fascinarse mutuamente, a partir de ahí la relación se empieza a desgastar, por lo que es necesario alimentarla con detalles para que ese desgaste no sea tan acelerado, y cuando al fin se da, es la costumbre la que los mantiene unidos.

Claramente lo canto Paloma San Basilio: “Es verdad que la costumbre es mas fuerte que el amor”.

Al final de la vida, lo que une a dos personas, no es precisamente el amor sino la capacidad de aguantarse y la costumbre de estar juntos, y esto es intrascendente a la orientación sexual de los individuos. En lo personal aun no conozco una verdadera pareja que sobreviva exclusivamente gracias al amor, claro esta, salvo en los cuentos de hadas y las novelas mexicanas.

Y después de esta ladrilluda exposición les dejo una pregunta: el amor ¿Existe?

FRAGMENTOS

Feliz, feliz como una lombriz, que seria de un blog sin lectores, sin viejos amigos, sin nuevos amigos, y que seria de un blogger sin su blog. Este pequeño rincón del mundo me ha devuelto parte de mi alegría y se lo debo a mis lectores. Gracias no alcanzan las palabras para agradecerlo.
Un agradecimiento súper especial a mí Joker, socio, colega y amigo, que me cubrió la espalda aquí y en El Tiempo mientras estaba concentrado en mi trabajo, gracias que de alguna manera mantuvo mi espíritu presente entre ustedes y convocó a los nuevos bloggers a visitarme, mil gracias.
Respecto a las respuestas al blog anterior debo señalar que pense en dar una respuesta personalizada a cada comentarista pero en vista de los comentarios, solo puedo afirmar que en caso de intimar con alguno de ellos ya se como le gusta.
Pasando a conclusiones el sexo salvaje le gana al dulce por agotadora mayoria, al parecer no somos tan mojigatos como tratamos de aparentar.
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